domingo, 2 de octubre de 2016

Revés

Este pasado mes de septiembre ha sido una pesadilla. Al nerviosismo propio de la entrada del niño en "el cole de los grandes" y del comienzo de un nuevo curso en mi instituto, se unió la preocupación por la hospitalización de mi padre. Fueron veinte días de prisas, de estar y no estar en todos y en ningún sitio a la vez.
Semanas después, comienza octubre con mis clases encarriladas y con el niño supuestamente adaptado, pero la situación en casa no se ha restablecido por completo: parece que nos vamos amoldando a las nuevas circunstancias aunque aún no terminamos de aclararnos con la logística. Me paso el día de mi casa a casa de mis padres, durmiendo noche sí noche no con ellos, intentando que el niño no note demasiado la tensión...
Así que estoy agotada y, por así decirlo, medio perdida, pero debo y necesito volver a la normalidad. Para colmo (y esto en relación con lo demás es una bobada, lo sé) no sé por qué he perdido mi lista de blogs asiduos así que la iré recuperando poco a poco.

6 comentarios:

  1. Mucho ánimo! Espero que poco a poco, todo retome su ritmo normal. 1beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Vamos a ver cómo evoluciona.
      Abrazo!

      Eliminar
  2. Respuestas
    1. Muchas gracias! Me alegro de verte de nuevo por aquí.
      Abrazo!

      Eliminar
  3. Si te tranquiliza, estas cosas suceden con cada etapa nueva por la que pasan los hijos... enseguida controlarás la nueva situación, seguro.

    Un abrazo!!

    ResponderEliminar