domingo, 31 de julio de 2016

Cullera

La mano de mi niño señala la desembocadura del Júcar. Y esa llegada del río al mar era una de las cosas que yo recordaba de mi estancia en Cullera, cuando tenía nueve años.  
Hemos vuelto unos días más a la costa para que el peque disfrute del mar aunque cambiando de localidad y volviendo a este lugar donde, en su día, pasé un verano maravilloso junto a mi familia. De los seis que fuimos aquella vez, solo repito yo, pero con el peso de varias décadas encima...  ¿Dónde quedó aquella niña de nueve años que miraba fascinada hacia el horizonte?  

4 comentarios:

  1. Coincido con Amapola Azzul. Seguro que sigue en ti. Creo que todos nos forjamos al yo de hoy sobre el de ayer, con todo lo que fuimos.

    bsos!

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