martes, 6 de septiembre de 2016

León

Con esta entrada termino el "relato" de nuestro periplo veraniego, que después de haber vuelto al trabajo ya resulta muy, muy lejano. 
Aún teníamos algunas escapadas-regalo de la boda, así que decidimos aprovechar una de ellas en León. Habíamos estado hace unos años y nos apetecía volver. Además, por allí estaban unos amigos pasando las vacaciones así que era un buen momento para acercarnos. 
El niño está un poco harto de viajes en coche porque se le hacen muy largos así que esta vez nos fuimos en tren. Solo con lo que supuso esa aventura para él, ya mereció la pena.  
 En cuanto a la ciudad, le gustó mucho, sobre todo porque hay un tren turístico que le tenía loco (teníamos que comprobar continuamente si estaba aparcado o no) y la figura de San Jorge y el dragón en la Casa Botines le entusiasmó. Como veis, disfruta de las cosas sencillas. 
Y sencillo pero encantador es el parque del Cid, donde estuvimos un buen rato jugando al escondite y descansando de un calor sofocante. También nos llevamos en el recuerdo el Paseo de la Condesa, cuyos castaños ofrecen una sombra que esos días fue muy bien recibida. 
Así que en ese sentido el final de las vacaciones no ha podido ser mejor, aunque hayamos vuelto con algún kilito de más... (demasiado tapeo, sospecho...)

6 comentarios:

  1. Me alegro de que te gustara mi ciudad.

    Besos.

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    1. Sí; me gustó mucho. Es tranquila y perfecta para pasear.
      Abrazo!

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  2. Gracias por tu visita. Bonito tu blog. Lo leere con calma.

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  3. Jajaja, lo de los quilitos de más, me temo que es general tras el verano.

    Los viajes siempre tienen propuestas para los niños que hay que aprovechar. Parece que las habéis ido encontrando.

    Un abrazo!!

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    1. Viajar con niños es diferente: descubres otro tipo de turismo con ellos.
      Abrazo!

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