2016 en lecturas

Una autora a la que seguir:

                                   

 Dos autores con los que disfrutar:

 Historias bonitas:

 Descubrimientos:

 Una protagonista adelantada a su época:

 Un clásico:

 Las que nunca decepcionan:

Para ponerse en la piel del otro: 

 Lugares a los que viajar:

Para reflexionar:

¡¡FELIZ AÑO 2017!!

Últimos libros de 2016

Como llevo unos meses atrasada con el blog y mis lecturas, al final no me queda más remedio que hacer una entrada conjunta para las que se me han quedado colgando e intentar, con el más firme de los propósitos, llevarlo al día el próximo año que está a punto de empezar. 

Comenzaré con Amélie Nothomb, a la que hacía tiempo que quería leer pero que no había encontrado el momento. 

"Y solo el champán consigue disipar este miedo. El champán contiene etanol, que es el mejor quitamanchas. Hay que concluir que el miedo es una mancha. Bebamos, Sigrid, para limpiarnos."

Según me han dicho, debería haber empezado por otros títulos antes que por este, pero fue el único que encontré en la biblioteca y la verdad es que me ha resultado muy curioso: un hombre se encuentra con el cadáver de un desconocido en su casa justo el día después de haber tenido una conversación sobre ese mismo hecho en una fiesta y decide comportarse de la forma más absurda que se podría esperar. Entre los detalles, me ha llamado la atención que mencione el vino "closvougeot", el mismo que toman en "El festín de Babette" y que Nothomb se encarga de mencionar.
Reto Mujeres laudeadas.
Reto Libros olvidados: 2008

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El segundo es El método 15/33, de Shannon Kirk:

Cuando hace unos meses empecé a ver comentarios sobre esta novela me llamó mucho la atención:¿una chica secuestrada y embarazada que planta cara a sus raptores? Sonaba interesante, ¿no?
Sin embargo, su lectura no ha cumplido todas mis expectativas. No he conseguido empatizar con la protagonista, supongo que precisamente por su extraña personalidad, y tampoco me ha convencido el estilo. No obstante, es una historia original y entretenida para pasar un buen rato.

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Y por último, Intemperie, de Jesús Carrasco, al que tenía muchas ganas sobre todo después de haber leído La tierra que pisamos. 

"Hubo un tiempo en que el llano era un mar de cereales. En los días ventosos de primavera, las espigas se revolvían igual que la superficie del océano. Olas verdes y fragantes a la espera del sol del verano. El mismo que ahora hacía fermentar la arcilla y la rompía hasta convertirla el polvo."

Supone un final redondo para este año lector pues, como esperaba, me ha encantado y eso que me ha hecho sufrir su niño protagonista, huido y perdido en medio de la sequía del llano. 

"Él había ejercido la violencia tal y como había visto hacer siempre a quienes le rodeaban y ahora, como ellos, reclamaba su parte de impunidad. La intemperie le había empujado mucho más allá de lo que sabía y de lo que no sabía acerca de la vida. Le había llevado hasta el mismo borde de la muerte y allí, en medio de un campo de terror, él había levantado la espada en lugar de poner el cuello. Sentía que había bebido la sangre que convierte a los niños en guerreros y a los hombres en seres invulnerables."
Reto 25 españoles: 33º

Una mujer de recursos, Elizabeth Forsythe Hailey

"Quizás no sea más que una ilusión, pero considero la vida como una escalera en la que cada año subo un peldaño más hacia un destino desconocido, pero estimulante". 

"Es preciso aceptar que nada de lo que construyamos será nuestro eternamente y que, por tanto, la recompensa está en el propio acto  de creación."

Encontré este libro en la sección de novedades de la biblioteca y no pude resistirme: me suele gustar el género epistolar y me llamaba la atención que fuesen unas cartas inventadas a partir de la vida de la abuela de la autora. 

"Ahora tenemos que rezar con el corazón en un puño para que estas olas tan temibles que se nos vienen encima nos dejen por fin tendidos en la playa, agotados, exhaustos...¡pero vivos!".

Y es que la personalidad de la protagonista es sorprendente, pues se nos muestra como una mujer adelantada a su época, con las ideas claras en cuanto al matrimonio o a la independencia femenina.
"Soy de la opinión de que a todas las parejas que tengan intención de casarse se les debería requerir que firmasen un contrato antes de concederles la licencia. Así, el divorcio consistiría en una sencilla ruptura contractual, sin la amargura que conlleva tan a menudo la disolución del matrimonio."
"La mejor dote que puede aportar al matrimonio una mujer es un acervo de recuerdos adquiridos por su cuenta."
Me ha gustado muchísimo y la prueba son todas estas reflexiones que me llevo anotadas:

"El tiempo es un ladrón cruel que nos roba lo que hemos sido. Perdemos tanto en la vida como en la muerte."
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"Los niños siguen a salvo en ese refugio de fantasía que les hilabas todas las noches con hebras sacadas de fábulas y cuentos de hadas, y deseo que no rompan esos muros protectores hasta que tengas las alas lo bastante fuertes para mantenerlos en lo alto."

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"Los niños despilfarran el presente porque creen que nunca se acabará. De los adultos depende dar a cada día la forma y el contenido que lo haga digno de ser recordado. [...]Nos corresponde a los abuelos enriquecer la vida presente de los nietos con relatos del pasado y sueños para el futuro."

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"La vejez tendría que ser la recompensa de una vida de mucho trabajo, pero no será más que un castigo si insistimos en seguir haciendo lo mismo de siempre, midiendo los logros del presente por el baremo de los del pasado y quedándonos cortos sin remedio."

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"Una vida no es suficiente para todas las lecciones que hay que aprender. ¡Gracias a Dios por mis nietos! Me gustaría que en mi epitafio pusiera: Continuará".

Para acabar con Edyy Bellegueule, Édouard Louis

"Nadie de alrededor le daba importancia, pero todo el mundo lo oía. Creo que todo el mundo lo oía porque me acuerdo de la sonrisa de satisfacción que les aparecía en la cara a otros en el patio o en el pasillo, como si les diera gusto ver y oír que el pelirrojo alto y el bajito encorvado hacían justicia y decían lo que todo el mundo pensaba por lo bajo y cuchicheaba al pasar yo, y yo lo oía, Mira, Bellegueule, el maricón."

Algunas lecturas nos hacen sufrir ya desde sus primeras líneas, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de una autobiografía. Y es que la historia que cuenta Édouard Louis deja al descubierto los abusos y las vejaciones sufridos desde que era niño y durante su adolescencia. Y lo hace sin tapujos, sin censura en los episodios más desagradables y violentos.
"Es un elemento en el que no pensamos, el dolor, el cuerpo que de pronto padece, herido, magullado. Pensamos -ante escenas así, quiero decir: visto desde fuera- en la humillación, en la incomprensión, en el miedo, pero no pensamos en el dolor."
Asusta, claro que sí, y plantea dudas sobre cómo se tolera la homosexualidad en zonas rurales, aunque se trate de un país como Francia.
"La huida la viví de entrada como un fracaso, como una resignación. A esa edad, vencer habría supuesto ser como los demás. Lo había intentado todo. [...] Se dice que la huida la dificultan la nostalgia o las personas, factores que nos atan, pero no se habla del desconocimiento de las técnicas para huir. Al principio fui torpe y ridículo."  

Las deudas del cuerpo, Elena Ferrante

Y ya voy por el tercer volumen de esta saga napolitana que, como ya he dicho anteriormente aquí y aquí, me tiene totalmente enganchada. 

"Éramos una cadena de sombras que desde siempre se representaba con la misma carga de amor, odio, deseos y violencia." 

Si bien en los libros anteriores conocimos la infancia, la adolescencia y la juventud de Lila y Lenú, en este caso las protagonistas se adentran ya en la veintena y treintena, por lo que están en pleno proceso de madurez y asentando sus vidas. 

Me ha gustado seguir conociendo la historia de estos dos personajes femeninos tan especiales. ¿Qué les deparará el futuro en el cuarto y último volumen? ¿Conoceremos finalmente los motivos de la desaparición de Lila con la que se iniciaba la historia?  

Lo descubriré en breve. 

"Si Lila sigue viva no sabrá resistirse, vendrá a curiosear en mi ordenador, leerá, y como es una vieja maniática se enojará por mi desobediencia, querrá entrometerse, corregirá, añadirá, se olvidará de su afán por desaparecer."

Mis amigos, Emmanuel Bove

"Caían algunas gotas, nunca una encima de otra."

"La soledad me pesa. Me gustaría tener un amigo, un verdadero amigo, o bien una amante a quien confiaría mis penas."
De entre las sorpresas lectoras de este año, sin duda esta ha sido la más curiosa y la más agradable. Nunca había oído hablar de su autor, Emmanuelle Bove, un francés de principios de siglo XX, ni mucho menos de su protagonista, Víctor Bâton. Un personaje con una peculiar forma de concebir la vida y de relacionarse con los demás.
"La vida es tan triste cuando se está solo y no se habla más que con personas que nos son indiferentes." 
Me gusta; me gusta este personaje que se busca en todos los espejos, que persigue amigos sin intentar conservar ninguno, que intenta suicidarse hasta que la opción se le plantea como una realidad, al que le molesta que sus amigos sean más felices que él...

"Mi imaginación crea amigos perfectos para el futuro, pero, mientras tanto, tengo que conformarme con cualquier cosa."

Me gusta el estilo: sus frases cortas que sin embargo encierran tanta ironía y tantas cosas...

"Una nube ocultó el sol. La calle templada se volvió gris. Las moscas dejaron de brillar. 

Me sentí triste. 

Acababa de salir hacia lo desconocido con la ilusión de ser un vagabundo, libre y feliz. Y ahora, por culpa de una nube, se había echado todo a perder.

Volví sobre mis pasos."
Me gusta, sí, mucho. 

"Un hombre como yo, que no trabaja, que no quiere trabajar, siempre será odiado.

Yo era, en aquella casa de obreros, el loco, cuando en el fondo, todos hubieran querido serlo. Yo era el único que se privaba de carne, de cine, de ropa, a cambio de ser libre. Yo era el único que, sin pretenderlo, recordaba todos los días a la gente su condición miserable."

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Retos Libros olvidados: 1924

La última salida, Federico Axat

Había leído por ahí que se trataba de un libro sorprendente y así ha sido. Y es que ya desde el principio es contundente: Ted está a punto de suicidarse en su despacho cuando llaman impetuosamente a la puerta. Allí encuentra a un hombre que le hace una extraña propuesta que no rechazará. 

Pero lo más sorprendente son, sin duda, los giros inesperados que va dando la historia, confundiéndonos y rompiendo todas las deducciones y premisas que creíamos haber ido adquiriendo página a página. 

Sobra decir que me ha encantado, aunque me haya supuesto algún que otro desvelo porque me era imposible abandonar su lectura...

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Reto 25 españoles: 32º

La mujer de la libreta roja, Antoine Laurain

¿Se puede experimentar nostalgia de algo que no ha tenido lugar? Los llamados <>, relacionados con algunos episodios de nuestra vida en que casi estamos seguros de no haber tomado la decisión correcta, tienen una variante más singular, que nos envuelve en una embriaguez misteriosa y dulce: la nostalgia de lo posible."

A veces necesitas leer una historia bonita; de esas que te provocan una sonrisa mientras vas conociendo los detalles y este es un ejemplo de ese tipo de novelas.

Laurent encuentra un día el bolso de una mujer: todo parece indicar que ha sido víctima de un atraco. Intrigado, busca en su interior para encontrar a la propietaria pero será una tarea difícil pues no hay ninguna identificación. Solo enseres personales y una libreta con las reflexiones de esa mujer. Así que tendrá que ir reuniendo todas las pistas hasta dar con ella.
Como decía al principio, se trata de una lectura amable que me ha encantado.  

"Si había algo que definía el paréntesis de la adolescencia, eran las risas alocadas. Después, uno ya nunca vuelve a reírse así."   

La tierra que pisamos, Jesús Carrasco

"Quisiera seguir así, detenida en este presente de fragancias, asomada a mi balcón de madera, en otro tiempo una atalaya y ahora, si acaso, un reclinatorio. Pero no puedo seguir así, viviendo solo este instante, cuando de la noche pasada vienen a mí, sin que pueda evitarlo, fragmentos de su horror."

"Qué lejos quedan los tiempos en los que todo mi afán se dirigía a encajar en la silueta que para mí habían dibujado. Debía ser amable, servicial, discreta, sociable. Debía ser una buena esposa, una buena madre y, fundamentalmente, una patriota."

Aún tengo pendiente Intemperie, que tan buenas opiniones cosechó, pero en la Feria del Libro me topé con la nueva novela de Jesús Carrasco y no pude resistirme: lirismo y saltos temporales para la ocupación de un país, España, a manos de un imperio en expansión. 

Eva Holman es la mujer de un militar retirado, Iosif, que vive en un pueblo de Extremadura, en una casa requisada por el Imperio. Un día, un extraño hombre aparece por sus tierras, tal vez de vuelta a su hogar, y parece que llega para quedarse. 

La historia está contada en primera persona por esa mujer, aunque se va entremezclando una tercera persona que nos cuenta el destino de Leva y de los hombres que, como él, fueron hechos prisioneros por los soldados del Imperio. 

"Desde el fondo de la caja, cubierto por brazos y torsos exánimes, Leva oye las voces del teniente. Con sus retinas heridas ve a los soldados subir. Sus siluetas reverberan sobre el resplandor exterior aunque, reducido por la sed y el agotamiento, no entiende quiénes son ni qué quieren."

Me gusta el tono de la novela, me gusta el dilema moral que plantea a la protagonista. 

"No había más misterio que la culpa: la de saber que había levantado mi casa sobre la sangre de los suyos. La de haberme envuelto en la bandera de la tradición, el Imperio y la religión para participar de este expolio. [...] Cargo con la culpa de haberme dejado ambaucar para erigir mi vida sobre una ciénaga." 

Me gusta el uso de palabras desconocidas, como "predio" o "alcotana". Me gusta, en resumen, porque exige una lectura reposada y, esta vez, era lo que necesitaba.   

"Por encima de ellos, vencejos de pechos oscuros vuelan haciendo quiebros entre nervios y claves, ajenos a las penurias de los hombres."

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Reto 25 españoles: 29º

Los fauves

Sábado por la mañana. Aunque el día amanece con niebla, horas después el sol lo convierte en una agradable mañana que parece pensada para pasear. Y eso es lo que hacemos, con la excusa de visitar esta exposición:

El niño está emocionado, más por la aventura que supone ir hasta el centro que por los cuadros, claro está, pero después de media hora de cola se desinfla un poco así que, cuando entramos, lo único que quiere es irse. 

Henri Manguin

Ya suponíamos que sería una visita rápida, así que vamos mirando aquí y allá, sin detenernos demasiado. Una de las cosas que más le llama la atención es este cuadro. Conoce el Big Ben porque aparece en un cuento que leemos por las noches, así que se pone muy contento al reconocerlo. 

André Derain

Continuamos con la visita y compramos alguna que otra cosilla al final. Después de comer damos un paseo inolvidable por Recoletos y el Paseo del Prado. 

Maurice de Vlamink

¡Qué bien sientan estos sábados!