Profesor Lazhar

¡Qué complicada es, a veces, la tarea docente! Y más aún cuando debes enfrentarte, como el protagonista de esta película, a un grupo de alumnos que han perdido trágicamente a su maestra. Montreal es frío, feo (según dice una de las niñas protagonistas) porque está lleno de nieve y barro. Argelia, el país de origen del profesor, es sin embargo azul y blanco. Dos mundos diferentes pero unidos por la tristeza y la superación de la tragedia, que al fin y al cabo es lo que nos une a todos.

Pero hay otra idea para reflexionar en esta película canadiense y es la que se refiere a la exagerada prohibición de tener cualquier tipo de contacto físico con los alumnos: ni para bien ni para mal. Ha llovido mucho desde que se imponían los castigos físicos y es difícil que a un profesional se le pase por la cabeza hacerlo, pero... ¿Qué pasa con el contacto físico positivo? ¿Queremos sociedades con niños de cristal a los que ni siquiera se les pueda dar una palmadita en el hombro?¿Dónde pretendemos llegar con una abusiva sobreprotección?

[Me voy unos días a la playa, así que estaré más desaparecida de lo habitual...]