viernes, 18 de noviembre de 2016

La carne, Rosa Montero

"La vida es un pequeño espacio de luz entre dos nostalgias: la de lo que aún no has vivido y la de lo que ya no vas a poder vivir."
"Y ser viejo era tener un pasado irremediable y carecer de tiempo para enmendarlo."
Últimamente abrir un libro de Rosa Montero se ha convertido en un acierto seguro para mí. Tras estar enganchadísima a su Bruna Husky (aquí y aquí) he leído La carne, una novela en apariencia diferente a las protagonizadas por la rep futurista pero que en realidad tiene el mismo tema de fondo: la soledad de la protagonista que, para que quede claro desde el principio, es como se llama el personaje principal.  
"Tal vez ya no le quedara nada por vivir. Sólo rodar como una bola de nieve cuesta abajo."
Soledad es una mujer de sesenta años que se resiste a considerarse mayor.
"La melancolía se acumulaba dentro de ella como una niebla espesa y fría."
Todo comienza cuando, para dar celos a su antigua relación, contrata los servicios de un "gigoló" o "escort" para dejarse ver en la ópera con él. A partir de ahí, la relación entre ellos se irá convirtiendo en algo difícil de clasificar.
"Fracasar en el amor desataba el apocalipsis. Las rupturas sentimentales no se limitaban a reventarte el corazón: su onda expansiva debía de llegar hasta la base misma de tu personalidad, porque además te destruían al mundo."   
Por otro lado, la protagonista es la encargada de organizar una exposición sobre escritores malditos y eso le sirve a Rosa Montero para darnos a conocer una nómina de autores con una biografía peculiar: Maupassant, Lejárraga (mujer de Gregorio Martíncez Sierra)... Aunque, sin duda, la historia más llamativa es la de Josefina Aznárez (lástima que se trate de un personaje de ficción en esa lista de escritores) que recrea el desastre de Cabo Machichaco, en Santander, y que tanto me impresionó en su día, cuando supe de su existencia al leer Ahogada en llamas.
"La vida era un paquete de regalo en las manos de un niño, envuelto en papeles de brillantes colores. Pero, cuando se abría, dentro no había nada. Tan breve era la dicha, tan larga la pena."
Y, por último, me lo he pasado en grande con el "cameo"de la propia autora, con la que queda Soledad para una entrevista y a la que esta critica sin ningún reparo. Es, sin duda, una escena genial.  
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Reto 25 españoles: 27º
Reto Mujeres laudeadas.

4 comentarios:

  1. La verdad es que con Rosa Montero yo no tengo tanto acierto, no sé porqué pero no acabo de "cuajar" con ella últimamente. Pero me he cogido este libro deseando que, esta vez, sí...

    Un abrazo

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    1. Fíjate: sin embargo a mí me pasa lo contrario.
      A ver si esta vez sí hay suerte.
      Abrazo!

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  2. Leí mucho a Rosa Montero hace tiempo y luego la abandoné, pero tengo ganas de reencontrarme con ella de nuevo. Quizás este libro puede ser el que me acerque a ella otra vez.

    Abrazos!

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    1. No te digo que no: a mí me ha gustado mucho. Si te "reencuentras" cuéntamelo.
      Abrazo!

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