La lección de August, R.J. Palacio

Ser diferente, saberse diferente... ¿Cómo conseguir encajar cuando el mundo parece tan homogéneo?

Aquí traigo, de nuevo, una historia conmovedora con un niño como protagonista. 

Un niño muy especial, pues nació con una serie de defectos físicos que han hecho que desde el principio toda su vida sea diferente. 

El libro comienza con la incorporación de August al colegio tras haber estado recibiendo clases en casa. Su adaptación, la de los demás...: no será algo fácil. Todo está visto desde las diferentes perspectivas de los personajes, que van variando en cada capítulo: August, su hermana Via, sus amigos Jack y Summer... Creo que es eso lo que le da tanta agilidad al relato.  

Como decía al principio, una preciosa historia que me ha encantado conocer.
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Reading challenge: Un libro ambientado en un instituto

Ofrenda a la tormenta, Dolores Redondo

Y llegó la hora de finalizar la trilogía del Baztán, aunque reconozco que cuando leí las primeras líneas estuve a punto de dejarlo: no me sentía cómoda con la escena inicial del asesinato de un bebé. Y es que el nuevo caso de la inspectora Salazar está relacionado con las "muertes de cuna" y con esa mitología de la zona que ya vimos en los dos libros anteriores.
Al igual que en ellos, me ha enganchado la historia aunque en determinado momento la actitud de Amaia me ha defraudado (no quiero desvelar nada, así que siento si soy demasiado críptica). Suponía que tal comportamiento estaría justificado por la trama (desde ese momento sospeché el final), pero aún así ha sido algo que me ha dejado trastocada. Y, si mal no recuerdo, creo que es la primera vez que me ocurre: hasta ahora no me había sentido tan decepcionada con un personaje...
Pero todo eso se supera gracias al ritmo de la historia y a la satisfacción de ir atando cabo sueltos. Sí, sin duda merece la pena. 

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Reto 25 españoles: 5º
Reto Viaje con los libros: Baztán (Navarra)

De sangre y ladrillos, Hautière y François

Una novela gráfica sobre unas misteriosas muertes que se producen justo antes de que empiece la 1ª Guerra Mundial en un escenario muy original: el familisterio de Guise.

Y ese, precisamente, ha sido uno de los aspectos que más me han llamado la atención de esta intrigante historia. El familisterio fue creado por el industrial Jean-Baptise André Godin en el siglo XIX y se trataba, por decirlo de alguna manera, de un palacio social. Desconocía la existencia de esta construcción en la que se ofrecían gran número de comodidades y ventajas a los obreros de la fábrica cercana: 350 viviendas con calefacción, servicios como guardería o piscina, la posibilidad de ser copropietarios de la fábrica... En resumen: la utopía socialista hecha realidad.

Como decía al principio, una buena historia en un gran escenario que, solo por eso, ya merece la pena. 

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Reto Libros ilustrados: 3º
Reading challenge: Un libro que se puede leer en un día
Reto Viaje con los libros: Guise (Francia)

Un monstruo viene a verme, Patrick Ness

- "Las historias son criaturas salvajes -dijo el monstruo-. Cuando las sueltas, ¿quién sabe los desastres que pueden causar?"

¡Ay! ¡Qué angustia! Creo que desde que leí Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea no había llorado así con un libro... Supongo que mezclar adolescencia, relaciones madre-hijo y una enfermedad incurable no presagiaban una comedia, precisamente...

Se trata de una fábula breve pero llena de simbolismos y, sobre todo, de corazón.  Pese a haber pasado "un mal rato", me ha encantado.
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Reading challenge: Un libro que te haga llorar

La crianza feliz, Rosa Jové

"Quiéreme cuando menos me lo merezca, 

porque será cuando más lo necesite"

Dr. Jekyll 

En la línea de las ideas del pediatra Carlos González, este libro reflexiona sobre la forma de educar y criar a los niños desde el respeto y la empatía. Supongo que muchas veces se nos olvida que por ser pequeños no dejan de ser personas a las que deberíamos tratar con la misma consideración que a los adultos.  Me han resultado interesantes muchas de sus reflexiones y su punto de vista, pero sobre todo me ha gustado la forma en que trata las rabietas.
En mi trabajo siempre he intentado mantener la calma ante una situación de "ira" adolescente: ponerse al mismo nivel suele agravar el problema. Cuanto mayores sean los gritos y el enfado, mayor tranquilidad, al menos a mí es lo que me funciona. Ya habrá tiempo para discutir el problema y, si procede, sancionar la conducta. Que el niño tenga dos años no tiene por qué cambiar las cosas, ¿no?
Mi niño no tiene demasiadas rabietas pero "haberlas hailas" y, desafortunadamente, he probado con diferentes actitudes: ignorarlo y sentirme fatal por oírle llorar sin consuelo (no aguanté mucho); gritarle porque yo también estaba nerviosa (no me siento orgullosa, pero he de admitirlo) y la última, la más efectiva y con la que me siento más cómoda: intentar entender su enfado, hacérselo saber y ofrecerle alternativas en vez de negar.
He de reconocer que no siempre es fácil mantener la calma, pero da resultado y al final eso es lo que importa.
Empatía, respeto... Me gustan esas palabras cuando se habla de los niños...
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Reto 25 españoles: 4º