Una mañana inolvidable jugando entre los arcos de este claustro al aire libre...
ROMANCE DEL DUERO
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.
Gerardo Diego
Preciosa imagen donde queda patente el paso menudo de tu pequeño por el arte imperecedero de la arquitectura y la lírica.
ResponderEliminarBesos.
Lo que son preciosas son tus palabras, Francisco, como siempre.
EliminarAbrazo!
Eres muy gentil conmigo, Zamarat.
EliminarDos besos.
Dejando huella... ;)
ResponderEliminarBesos
Jejeje!! Hace lo que puede por dejarla...
EliminarAbrazo
Hace tiempo visité esta gran obra de arte y conservo un grato recuerdo de mi estancia en Soria.
ResponderEliminarGracias por recordármelo.
Abrazos.
La verdad es que es una maravilla; para mí es un lugar muy especial. Las tres veces que he visitado Soria no he querido perdérmelo y sé que repetiré cuando vuelva.
EliminarAbrazo!
Qué bien lo pasan mientras tengan espacio para correr y jugar.
ResponderEliminarBesos!!
Y qué bien lo pasamos los padres cuando corren por un lugar sin peligros!!
EliminarAbrazo!