Los libros de tela han dejado de tener interés para él (salvo que no haya otra cosa disponible, claro) y ahora le apasiona el cartón: tocarlo, mordisquearlo... Pasamos una y otra vez las hojas y las observa atentamente, como si quisiera memorizar lo que hay en ellas. Levanta las solapas y ve los dibujos escondidos; acaricia suavemente a los perritos de su libro de texturas...
¡Qué bonito es compartir con él la alegría de descubrir el mundo!
Jugando, así es como maltratando un libro, es como los niños empiezan a imitar a sus lectores padres y terminan por contaminarse de este dulce vicio.
ResponderEliminarUn beso
Toda una aventura.
ResponderEliminarUn beso!!
Jeje, qué mono el libro con el perrito... Aix, hay verdaderas maravillas de libros infantiles!
ResponderEliminarLo primero de todo, pedirte perdón porque hace un montón que no paso por aquí... Sorry!...
ResponderEliminarAprovecha todo lo que puedas, disfruta con él y de él. Cada día una algo diferente.
Cómo recuerdo eas etapas!!! y cómo las echo de menos!!!
Un beso fuerte!!! y muy buen finde.