Un 2012 sin sorpresa final

Y hemos llegado al 31 de diciembre y aquí sigo: esperando que Antonio se decida a nacer... A pesar de que me dijeron que salía de cuentas el día 2, me había hecho a la idea de que vendría en el 2012, la verdad. Pero por lo que se ve el chiquitín ya viene desde el princicpio imponiendo su voluntad, así que sólo nos queda esperar (de ahí que últimamente esté tan activa en el blog).

Cierro, por tanto, el año, con mucha expectación y nerviosismo. Pese a las circunstancias que nos rodean, personalmente no me puedo quejar de este año que termina: tengo trabajo y casa, lo que en estos días es, desgraciadamente, un lujo. Por otro lado, el 2012 ha sido el año de mi embarazo, algo que había planeado para este año, por lo que no me lo imagino mejor. 

¿Qué le pido al año que comenzará dentro de unas horas? Pues, lógicamente, que mi Antonio llegue bien y que yo sea capaz de darle todo lo que necesite. En cuanto a los demás aspectos: que todo siga como está pues, si ya lo tengo todo, ¿qué más puedo pedir?

¡Feliz Año a todos y que en el 2013 se cumplan todas vuestras ilusiones!