
jueves, 31 de diciembre de 2009
La última entrada del año

sábado, 12 de diciembre de 2009
Pooor fiiin!!!
Ya que me siento especialemente eufórica y con ganas de escribir, aprovecho para comentar una película que fui a ver antes de que toda esta pesadilla comenzara: "El baile de la victoria", de Fernando Trueba. Está basada en un libro de Skarmeta, el mismo que escribió El cartero de Neruda (también en cine con una banda sonora magnífica, por cierto). Y me gustó, sí, me gustó. No comentaré nada del argumento, ni siquiera el principio, porque creo que cualquier forma de explicarla sería una traición. Yo lo leí antes de ir y, la verdad, me dio la sensación de que lo que había leído era una cosa y la película otra. Simplemente hay que verla, dejarse llevar por los personajes y, sobre todo, por esas imágenes de Chile (las vistas de las montañas nevadas entre otras) que, por ser poco conocidas (o al menos para mí) llenan la película de una atmósfera nueva, diferente.

jueves, 26 de noviembre de 2009
Celda 211

jueves, 12 de noviembre de 2009
De estreno

martes, 3 de noviembre de 2009
domingo, 25 de octubre de 2009
La Barranca (Navacerrada)
sábado, 17 de octubre de 2009
La ola

jueves, 8 de octubre de 2009
Flash forward

lunes, 5 de octubre de 2009
Felicidades!
lunes, 28 de septiembre de 2009
Premio Amistad de Internet

jueves, 17 de septiembre de 2009
Nooooo
Buahhhhh!
martes, 1 de septiembre de 2009
En espera de la 5ª temporada

miércoles, 26 de agosto de 2009
¿Quién dijo crisis?
jueves, 13 de agosto de 2009
Aniversario
viernes, 7 de agosto de 2009
Mañana no será lo que Dios quiera

"Hablar del futuro es una costumbre temeraria de los seres humanos, que necesitan soñar, discutir, hacer planes, cubrir el pozo sin fondo del tiempo, tejer la tela de araña de la ambición y la esperanza".
domingo, 2 de agosto de 2009
Meme

1. Responder a las preguntas en tu blog
2. Cambiar una pregunta que no te guste por otra inventada por ti
3. Añadir una pregunta creada por ti
4. Pasarlo a ocho blogs.
1.- Un lugar para relajarte: cualquiera que permita ver la línea del horizonte.
2.- ¿Te echas a siesta? Depende. Si estoy viendo la televisión, últimamente no la echo: se me cae encima. Será el calor...
3.- ¿Quien ha sido la última persona a la que has abrazado?A mi chico
4.- ¿Cuál es tu flor favorita? Las hortensias
5.- ¿La última cosa que has comprado? Una camiseta.
17.-¿Qué cambiarías en tu vida de tener una segunda oportunidad? Intentaría no hacer daño a otras personas con mis actos.
No sé si estáis interesados en seguir la cadena, así que si os parece os lo propongo a todos los que no estáis de vacaciones , por si os apetece.
viernes, 31 de julio de 2009
Portugal, ¿desconocido?
martes, 14 de julio de 2009
Un descanso

sábado, 11 de julio de 2009
Madrid visto desde el teleférico
domingo, 5 de julio de 2009
viernes, 19 de junio de 2009
La hora de la verdad
sábado, 6 de junio de 2009
Feria del Libro
miércoles, 3 de junio de 2009
Roma III
jueves, 28 de mayo de 2009
Celebrando
martes, 26 de mayo de 2009
Nuevas adquisiones para mi terraza
lunes, 18 de mayo de 2009
Mario Benedetti

defender la alegría como un derecho
CORAZÓN CORAZA
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
Porque fue uno de los primeros poetas que me emocionó y con los que disfruté de la poesía, porque para él cotidianeidad, sencillez y arte eran la misma cosa, porque demostró que con simples palabras podían hacerse poemas maravillsosos, porque hoy la noticia de su muerte ha sido como un mazazo...
miércoles, 6 de mayo de 2009
Relax
lunes, 27 de abril de 2009
Ripollés
sábado, 25 de abril de 2009
"El talento del lector", de Enrique Vila-Matas
miércoles, 22 de abril de 2009
martes, 14 de abril de 2009
Roma II
Simplemente majestuosa.
lunes, 13 de abril de 2009
Roma I
jueves, 2 de abril de 2009
Me voy a Roma!!!
miércoles, 1 de abril de 2009
Blog mágico

Las condiciones del premio son las siguientes:
1.- Exhibir la imagen del premio.
2.- Poner el enlace de la persona que te lo ha concedido.
3.- Elegir 15 blogs.
4.- Comunicárselo a los premiados
Así que ahora me toca a mí repartir el premio:
- Alma máter: http://almamater40.blogspot.com/
- Drea: http://carnerosa.blogspot.com/
- Marga:http://mideliciosamarga.blogspot.com/
- Mónica: http://monica-ilustraciones.blogspot.com/
- Catty: http://lavidaesungranviaje.blogspot.com/
- Destripacuentos: http://destripacuentos.blogspot.com/
- Ainhoa: http://desierto1.blogspot.com/
- Menhari: http://donderesideelamor.blogspot.com/
- Fabrisa: http://verdadesymentirasdiarias.blogspot.com/
- Malvi: http://todosleemosenrealidad.blogspot.com/
- Tere: http://cactus-favoritos.blogspot.com/
martes, 31 de marzo de 2009
martes, 24 de marzo de 2009
A la deriva, de Horacio Quiroga

El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras.
El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho.
El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que, como relámpagos, habían irradiado desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento.
Llegó por fin al rancho y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía adelgazada y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se quebró en un ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba.
-¡Dorotea! -alcanzó a lanzar en un estertor-. ¡Dame caña!
Su mujer corrió con un vaso lleno, que el hombre sorbió en tres tragos. Pero no había sentido gusto alguno.
-¡Te pedí caña, no agua! -rugió de nuevo-. ¡Dame caña!
-¡Pero es caña, Paulino! -protestó la mujer, espantada.
-¡No, me diste agua! ¡Quiero caña, te digo!
La mujer corrió otra vez, volviendo con la damajuana. El hombre tragó uno tras otro dos vasos, pero no sintió nada en la garganta.
-Bueno; esto se pone feo -murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre gangrenoso. Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una monstruosa morcilla.
Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos y llegaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta que el aliento parecía caldear más, aumentaba a la par. Cuando pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo mantuvo medio minuto con la frente apoyada en la rueda de palo.
Pero el hombre no quería morir, y descendiendo hasta la costa subió a su canoa. Sentose en la popa y comenzó a palear hasta el centro del Paraná. Allí la corriente del río, que en las inmediaciones del Iguazú corre seis millas, lo llevaría antes de cinco horas a Tacurú-Pucú.
El hombre, con sombría energía, pudo efectivamente llegar hasta el medio del río; pero allí sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tras un nuevo vómito -de sangre esta vez- dirigió una mirada al sol que ya trasponía el monte.
La pierna entera, hasta medio muslo, era ya un bloque deforme y durísimo que reventaba la ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón con su cuchillo: el bajo vientre desbordó hinchado, con grandes manchas lívidas y terriblemente doloroso. El hombre pensó que no podría jamás llegar él solo a Tacurú-Pucú, y se decidió a pedir ayuda a su compadre Alves, aunque hacía mucho tiempo que estaban disgustados.
La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña, y el hombre pudo fácilmente atracar. Se arrastró por la picada en cuesta arriba, pero a los veinte metros, exhausto, quedó tendido de pecho.
-¡Alves! -gritó con cuanta fuerza pudo; y prestó oído en vano.
-¡Compadre Alves! ¡No me niegue este favor! -clamó de nuevo, alzando la cabeza del suelo. En el silencio de la selva no se oyó un solo rumor. El hombre tuvo aún valor para llegar hasta su canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, la llevó velozmente a la deriva.
El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobra una majestad única.
El sol había caído ya cuando el hombre, semitendido en el fondo de la canoa, tuvo un violento escalofrío. Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía mejor. La pierna le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración.
El veneno comenzaba a irse, no había duda. Se hallaba casi bien, y aunque no tenía fuerzas para mover la mano, contaba con la caída del rocío para reponerse del todo. Calculó que antes de tres horas estaría en Tacurú-Pucú.
El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni en la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tacurú-Pucú? Acaso viera también a su ex patrón mister Dougald, y al recibidor del obraje.
¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había coloreado también. Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer sobre el río su frescura crepuscular, en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre. Una pareja de guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay.
Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se sentía cada vez mejor, y pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex patrón Dougald. ¿Tres años? Ta
De pronto sintió que estaba helado hasta el pecho.
¿Qué sería? Y la respiración...
Al recibidor de maderas de mister Dougald, Lorenzo Cubilla, lo había conocido en Puerto Esperanza un viernes santo... ¿Viernes? Sí, o jueves...
El hombre estiró lentamente los dedos de la mano.
-Un jueves...
Y cesó de respirar.