De vez en cuando me apetece leer cómics. Va por temporadas. Un día me doy una vuelta por la biblioteca, veo uno que me llama la atención, lo leo y tras ese vienen otros más. Por eso hoy hablaré de dos de ellos: distintos pero al mismo tiempo con algo en común: ambos me han llevado a culturas lejanas.
El primero de ellos es Persépolis, de Marjane Satrapi. Se trata de un libro autobiográfico donde la autora recuerda, por medio de unos originales dibujos en blanco y negro, varios momentos de su vida en relación con la vida política de su país: Irán.

Bajo su mirada de niña de 10 años, observa cómo con la llegada de la revolución islámica en 1979 cambian gran parte de sus costumbres y a partir de ahí iniciará todo un periplo por sus reflexiones, alimentadas por las historias políticas que le explican tanto sus padres como otros miembros de su familia. Viñeta a viñeta pasaremos por su adolescencia y posteriormente por su juventud, pero siempre acompañados por su gran sentido del humor y su delicada manera de abordar temas dolorosos.
Me ha gustado muchísimo. Por un lado porque es totalmente diferente a las lecturas que había hecho hasta ahora y por otro porque me ha parecido una forma muy original de contar la historia. Es muy muy recomendable.
En cuanto al otro libro, se titula La bicicleta roja y su autor es el coreano Kim Dong-Hwa.

En cuanto al otro libro, se titula La bicicleta roja y su autor es el coreano Kim Dong-Hwa.

Es un libro cargado de lirismo. Es poético tanto en sus escritos como en sus suaves dibujos.
La bicleta que da nombre al libro pertenece al cartero de una zona rural, que es el narrador-protagonista, puesto que es el nexo entre los habitantes. En una aldea envejecida, donde la mayoría de sus habitantes son ancianos que han visto cómo sus hijos han marchado a la ciudad, el cartero cumple su función socializadora. Se pasea de un lado a otro y visita a sus vecinos, (aunque no lleve carta para ellos porque el uso de los teléfonos móviles ha hecho que disminuya el correo postal) e incluso les cuenta las novedades del pueblo y actúa también como recadero entre ellos.

Lo más característico es la tranquilidad que provoca su lectura; esa paz interior tan oriental que emana de cada uno de sus viñetas y palabras. Una verdadera joyita, en mi opinión, y todo un descubrimiento!