"El sentido del olfato conecta con el lugar del cerebro en el que están el instinto, la creatividad y la capacidad de rescatar vívidas imágenes de la memoria".
El año pasado me regalaron este libro por mi cumpleaños y el otro día lo recuperé de la estantería: le había llegado el momento. Ahora que paso tanto tiempo en casa, tal vez necesitaba un libro de viajes y, ¿qué mejor que este, que además ahonda en la esencia de lo femenino y, por tanto, de la maternidad?
No es la descripción de un viaje al uso: cada lugar esta marcado por uno de los sentidos y por las reflexiones de la autora sobre su propia existencia. Así, lo primero que conocemos es Egipto y sus olores; después Colombia (en concreto Sierra Nevada de Santa Marta) y sus sonidos; seguido de Turquía y el tacto, el norte de España (principalmente Asturias) y su gastronomía y por último Nepal e India y el impacto visual de sus colores.
Todos los viajes están unidos por una idea común: en las diferentes culturas que descubre, la mujer siempre está relacionada con la tierra, con la naturaleza y el origen de todo. Indígenas, vaqueiras, sacerdotisas... No importan las distancias, pues todas hablan un idioma común.
En definitiva, una lectura diferente que siempre se agradece.
"Dicen que todas las mujeres tenemos un dolor común, y viene de haber aprendido a olvidar qué deseamos; de habernos puesto al servicio en cuerpo y alma de nuestros padres, hijos, maridos; de haber perdido la capacidad de ser nosotras mismas generación tras generación; de olvidar quiénes somos; de soportar el dolor propio y ajeno sin rechistar."
Reto Sumando 2013: 32 caracteres (212 /2013)
Reto En Femenino: 4º
Reto 25 españoles: 5º